Seguro que se te ocurren cientos de cosas más interesantes que hacer que ponerte a quitar la grasa de la campana, pero debes ser consciente de los peligros que presenta su falta de limpieza. Lo principal a tener en cuenta es que la grasa es muy inflamable, de manera que un pequeño accidente, como dejarse la sartén encendida, podría terminar en un incendio de consecuencias desastrosas. A eso habría que sumar que irá perdiendo eficacia a la hora de extraer el humo y los malos olores.
Tampoco hace falta emplear horas y horas en su limpieza, se trata de conocer unos trucos para que el proceso sea rápido y efectivo.
El vinagre como gran aliado
De los usos del vinagre blanco en la limpieza se ha hablado largo y tendido, así que su utilidad a la hora de dejar la campana como nueva no iba a ser menos. Simplemente, se trata de obtener una mezcla de agua con agua tibia en las mismas cantidades.
Deberás impregnar un estropajo con el producto, útil para desincrustar la grasa sin dañar la superficie. Es mejor que evites los de aluminio, que resultarán demasiado agresivos.
Si hiciera falta, tras la solución de vinagre blanco y agua tibia podrías retirar los restos con una mezcla de agua y producto lavavajillas, que también funciona bien.
Para la parte exterior bastaría con algún desengrasante y un trapo, aunque la tendencia ha traído muchas campanas de acero inoxidable que van acumulando marcas de dedos, polvo y, por supuesto, grasa. En este caso, una buena solución es poner en trapo un poquito de aceite de oliva. Con solo unas gotas basta.
La frecuencia de limpieza
El truco anterior no resultará efectivo si la campana no se limpia con la frecuencia necesaria. Es una cuestión de práctica: si la dejas bien con cierta asiduidad, luego no tendrás que invertir tanto tiempo.
El exterior lo puedes limpiar varias veces en semana cuando recojas la cocina después de comer. Los filtros tendrás que limpiarlos al menos una vez al mes, aunque puedes introducirlos en el lavavajillas. El interior puedes limpiarlo una o dos veces al año, o algo más para que no acumulen tanta suciedad.
Con todo, el truco infalible para quitar la grasa de la campana es vencer la pereza y organizarse bien.