Ante las preguntas que muchos nos hacéis, hoy traemos a nuestro blog algunos consejos prácticos para proteger la madera de cara al verano. Va llegando la hora de aprovechar esas sillas, sillones y mesas que se tienen en la terraza o en el jardín, algo muy propio del estío. Sin embargo, la madera es un material que sufre mucho las inclemencias meteorológicas, en verano y en invierno.
Con el frío, la lluvia y la humedad, aparecen hongos que pueden acabar deteriorándola seriamente. Con el calor, entre otras cosas, esta pierde su color natural. Siguiendo unos sencillos pasos, la madera se protege y vuelve a lucir como nueva.
1. El lijado
Este debe hacerse a conciencia, eliminando incluso la pintura que recubre la pieza. Tiene que quedar lo más natural posible, para que el barniz protector penetre bien.
2. Limpieza
Hay que retirar bien el polvo que genera el lijado, limpiar el mueble y secarlo muy bien, de cara al siguiente paso.
3. Aplicación del barniz
Hay barnices especiales para cada caso, teniendo en cuenta no solo el tipo de madera que se quiera proteger, sino también el lugar en el que se suele ubicar la pieza en cuestión. El mercado ofrece, además de barniz, aceite o lasur, que pueden resultar de utilidad. Lo mejor es preguntar en la tienda y seguir bien las instrucciones del fabricante.
En todo caso, utilizado en exterior debe ser lo suficientemente transpirable y elástico, además de ofrecer una extra de protección hacia los rayos ultravioleta. Se debe aplicar con una brocha de manera uniforme, para que penetre por toda la superficie.
Consejos adicionales para proteger la madera
Es mejor evitar el calor directo sobre los muebles de madera, para que no aparezcan dilataciones, grietas o roturas, además de la mencionada pérdida de color. Si la zona no cuenta con una temperatura constante de unos 20 a 22 grados en verano y sombra, es mejor guardarlas dentro.
Cuando ya no se pueda salvar la pieza, seguro que puede tener un nuevo uso, si se restaura y se pinta de otro modo.