Con la primavera en pleno apogeo, y el verano en ciernes, apetece más pasar tiempo en la terraza. Si eres de esos afortunados que dispones de una zona ajardinada en tu vivienda, aquí van algunas claves para cuidar los muebles de exterior.
Seguir las indicaciones del fabricante
El primer consejo es esencial. Al adquirir muebles de exterior, sigue a raja tabla las instrucciones del fabricante en cuanto al uso de productos de limpieza y al mantenimiento del mobiliario.
Limpiar de manera superficial
Una vez llegue el momento de volver a usar estos muebles, el primer paso es limpiar la superficie con un cepillo de cerdas suaves. Tas esto, pasar una bayeta mojada para retirar parte de la suciedad más somera.
Productos de limpieza suaves
No utilices productos muy abrasivos para limpiar muebles de exterior. En el mercado encontramos formulaciones aptas para esta práctica, pero si quieres apostar por algo casero, disuelve dos cucharadas de jabón neutro y un poco de lavavajillas en agua tibia. Esto te servirá para limpiar con el cepillo de cerdas suaves.
¿Cómo quitar el moho y los líquenes?
Los muebles de madera son invadidos por el moho y los líquenes. Para deshacerte de ellos, frota con algún producto específico propio para este material. Si el mobiliario es de plástico, es posible retirar estos inesperados huéspedes con lejía, aunque hay que tener cuidado con el color de los muebles.
Muebles con fibras naturales. Cuidados específicos
La rafia, el esparto, el yute, la alpaca… se pueden utilizar también para mobiliario. Cuando toca cuidar muebles de exterior con estos materiales conviene limpiarlos en seco con un cepillo o pincel. Después, pasar un paño humedecido en agua y jabón suave, pero sin mucha agua, para no estropear las fibras.
Muebles de madera. Cuidados específicos
Los muebles de madera se pueden lijar para eliminar las manchas superficiales. Los mohos y líquenes ya hemos visto cómo ponerles remedio. Y para el mantenimiento puedes utilizar un aceite conservante y aplicarlo dos veces al año.
Muebles de hierro y metal
Otra opción es que los muebles sean de aluminio, acero, hierro y otros metales. En ese caso, la limpieza se inicia frotando con una bayeta mojada en jabón neutro y agua caliente. Así saldrán muchas de las manchas. Pero las que aún quedan fijadas en la superficie, se pueden retirar con un cepillo de púas de acero y pasar posteriormente por la zona un líquido protector.