Con la llegada del otoño, las lluvias y el mal tiempo, llega también el momento de cuidar la madera, nutrirla tras unos meses en los que el sol, las altas temperaturas y la falta de lluvias consigue que se reseque y pierda parte de sus propiedades.
Con ese objetivo, el de mantener las propiedades de este material, es importante realizar algunos tratamientos, como por ejemplo aplicar productos de pro abierto: lasur al agua o aceite de teca, que permiten que la madera transpire.
Si en lugar de esto optamos por productos de poro cerrado, la madera no se mueve libremente y lo que obtenemos es una película exterior que acaba descascarillándose con el tiempo. Finalmente, para evitar males mayores, la solución pasa por lijar la superficie y volver a tratar todo.
Cuando utilizamos un producto de poro abierto, cuidar la madera es mucho más cómodo, pues siempre podemos aplicar más manos del producto con la garantía de que la tedxtura es homogénea.
Los tratamientos para diferentes tipos de estructuras
En el caso de que la estructura a tratar esté instalada de manera reciente, lo ideal es aplicar un tratamiento incoloro, así protegemos la madera y mantenemos su tonalidad. Si la estructura es más antigua y no ha sido tratada con anterioridad o ha perdido algo de color, el tratamiento ha de llevar algo de color, para igualar la tonalidad y cuidar la madera.
Aplicar estos productos es sencillo. Basta con usar una brocha o un rodillo, pero antes de iniciar el tratamiento hay que eliminar los restos de suciedad o resina con un trapo húmedo una lija o rasqueta.
Con los productos incoloros la preocupación es menor, pues no dejan manchas. Si se usa color, este aspecto sí gay que tenerlo en cuenta. Una última consideración es que si durante la aplicación hay altas temperaturas es posible que queden manchas, pues estos productos se secan con mucha facilidad.